Solsticios de Verano...

La designación de la palabra  solsticio viene dado porque  durante los días anteriores y posteriores al solsticio, el Sol da la impresión de elevarse  y acostarse en los mismos puntos del horizonte y permanecer un tiempo mayor en dicha posición. "Solsticio" viene del latín "sol staticus", que significa "sol quieto".

Los solsticios tienen una connotación filosófica, porque  representan la dualidad entre la luz y la oscuridad, la vida y la muerte,  y la  eterna  renovación  de la creación. Este eterno  renacer nos enlaza con el principio universal de que nada se destruye y todo se transforma

Para muchas culturas los solsticios constituyen un símbolo    de la armonía cósmica,  que se van presentando  uno detrás del otro, con una  condición  alternada, frecuente y permanente, que se van sucediendo  año tras año y se van  estableciendo así los ciclos biológicos que imperan y regulan nuestro planeta.

Los solsticios han sido celebrados por todas las culturas del planeta, desde épocas inmemoriales. Casi todo el continente Americano mantiene  éste tipo de conmemoración dentro de su folklore.

Los indígenas Norteamericanos  celebraban los solsticios de verano con ceremonias mágicas-religiosas  que  eran interpretadas  entre fogatas, canticos espirituales  y danzas solares. Estas  costumbres  rituales  tienen  orígenes ancestrales de carácter simbólico, pues era una forma de rendir reverencia a la divinidad del sol  que representaba   la fuente suprema  de la  vida. Se basaban en el respeto y el amor por la naturaleza, la hermandad entre sus gentes  y el alimento espiritual. Los dioses, la naturaleza y los hombres, tenían que estar en completa armonía,  y mediante estas  ceremonias  manifestaban su complacencia con su dios.